Olor a incienso y temor en Todos los Santos
Con la llegada de la festividad de Todos los Santos, y el auge del popular Halloween, los relatos de fenómenos paranormales no se han hecho esperar en Moncada. Lejos de una estrategia de marketing para dar a conocer el Ayuntamiento, el uso de incienso lleva siendo habitual en las oficinas municipales desde hace meses, no solo para enmascarar un fuerte olor a vómito, sino también como un recurso contra posibles «malos espíritus».
Fenómenos inquietantes: cajones que se abren y gritos
El incienso, según algunos funcionarios de la Casa Consistorial, se emplea además para alejar a posibles presencias extrañas que parecen habitar el edificio. Testigos relatan que el ascensor sube y baja sin razón aparente, y se han escuchado gritos y ruidos inquietantes que mantienen en vilo a los trabajadores. «Es algo a lo que ya estamos acostumbrados», señalan algunos empleados del Ayuntamiento al diario LAS PROVINCIAS. Sin embargo, para otros, los gritos y extrañas melodías que se oyen por la tarde, junto con los monitores que se encienden solos, suponen una experiencia verdaderamente aterradora, sobre todo cuando se encuentran solos en el edificio.
Investigaciones sin resultados
Ante el creciente desconcierto, el equipo de limpieza realizó inspecciones exhaustivas en busca de rastros de sustancias que pudieran justificar el mal olor o de dispositivos ocultos que emitieran los inquietantes sonidos.
Sin embargo, no hallaron nada sospechoso, lo que ha llevado a algunos empleados a analizar los antecedentes del edificio en busca de una causa lógica. Construido en el siglo XVIII por la familia Conde de Ròtova, el edificio fue usado más tarde como un centro de salud mental, un recuerdo que algunos habitantes de Moncada asocian con «dolor y angustia».
Fenómenos intensificados tras la pandemia
Para algunos funcionarios, los eventos paranormales en el edificio parecen haber aumentado desde la pandemia. Recientemente, una trabajadora decidió ir acompañada al Ayuntamiento fuera del horario habitual debido a su temor. Al llegar, ambos escucharon gritos escalofriantes en la entrada, y la experiencia fue tan impactante que, desde entonces, lleva aceite esencial en su mesa para «alejar los malos espíritus». Otras personas en el Ayuntamiento también evitan quedarse solas en el edificio, pues aseguran que cada vez «huele más a vómito» y observan que «las cosas se mueven solas».
La huella de Cuarto Milenio
Ante la creciente preocupación, el personal del Ayuntamiento ha solicitado la intervención de la productora de Cuarto Milenio para investigar los sucesos inexplicables. «Casi todos los empleados tienen alguna historia extraña», comentan desde el área municipal. Uno de los relatos recientes incluye un grupo de trabajadores que vieron cómo la manivela de la puerta giraba sola y la luz del despacho se encendía de repente. Al abrir la puerta, comprobaron que no había nadie en el pasillo.
El pasado del edificio y sus misterios
El edificio, que tras su etapa como manicomio permaneció años en abandono hasta ser rehabilitado como Ayuntamiento, ha estado rodeado de historias que atemorizan a muchos. Entre los relatos más populares está el de un niño que, según se dice, fue captado en una fotografía asomado a una ventana mucho después de que el edificio quedara vacío, un recuerdo que algunos relacionan con descendientes de los Condes de Ròtova.
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